3.4.7. Diatomeas marinas (I)

Las diatomeas planctónicas presentan una gran variedad de formas, cada una de ellas adaptada a su modo para que la relación superficie/volumen sea elevada.

Se pueden agrupar en cuatro grandes categorías:

- En forma de pastillero. Normalmente circulares y con simetría radial, vistas por su parte superior e inferior, por ejemplo Coscinodiscus y Hialodiscus. A veces están ligadas por prolongaciones protoplasmáticas y forman cadenas, por ejemplo Thalassiosira y Coscinosira.

- En forma de bastón o de aguja. La división entre las valvas puede ser en ángulo recto al eje longitudinal de la célula, por ejemplo Rhizosolenia, y suelen encontrarse unidas extremo con extremo para formar cadenas rectas. En otras especies la división se produce en sentido longitudinal, por ejemplo, Thalassiothrix y Asterionella, y pueden estar unidas forman agrupaciones con forma de estrella o cadenas irregulares en zig-zag.

- En forma de filamento. Células unidas por la superficie de las valvas para crear cadenas cilíndricas rígidas, como Guinardia, o flexibles, como Fragilaria.

- En forma ramificada. Células provistas de espinas grandes u otras proyecciones y que en ocasiones se unen formando cadenas por medio de estas espinas, como Chaetoceros, o por secreciones pegajosas, como Biddulphia.

Además de las formas planctónicas existe un gran número de diatomeas bentónicas que se presentan en la costa o en aguas poco profundas. Pueden crecer en la superficie de los sedimentos o formar una capa resbaladiza sobre las rocas y piedras. Algunas se alzan sobre la superficie del sustrato en forma de filamentos cortos. Con frecuencia, también se encuentran adheridas a la superficie de otras plantas y animales. Las diatomeas bentónicas suelen tener las paredes celulares más gruesas y pesadas que las especies planctónicas. Algunas especies bentónicas que vienen en los sedimentos poseen una cierta motilidad para deslizarse entre los intersticios del sustrato, así como para moverse hacia la superficie o desde ella cuando cambian las condiciones ambientales.

La forma más frecuente de reproducción es la simple división asexual. En condiciones favorables pueden ocurrir tres o cuatro veces diarias, de modo que es posible un rápido incremento en el número de individuos. El protoplasto se alarga y el núcleo y el citoplasma se dividen. Las valvas van separándose gradualmente. Cada célula hija recibe una valva de la célula madre. La valva retenida es la epiteca de la célula hija, que segrega una nueva hipoteca, la cual encaja en la valva vieja. La nueva célula formada dentro de la epiteca de la célula es, por lo tanto, del mismo tamaño que ésta, pero la célula formada dentro de la hipoteca original es menor. Por ello, una particularidad de las diatomeas es que el tamaño medio de los individuos en una población tiende a decrecer a medida que se producen más divisiones. Este proceso de reducción de tamaño no es indefinido. De vez en cuando, las valvas de los individuos más pequeños se separan, el protoplasma queda libre y las valvas se dispersan. Este protoplasma desnudo, conocido como auxospora, se alarga y forma valvas nuevas y mayores.

Algunas diatomeas pueden formar esporas resistentes para hacer frente a períodos de condiciones poco favorables, por ejemplo, durante los meses de invierno en aguas neríticas cuando la temperatura baja y la salinidad fluctúan apreciablemente. La vacuola celular desaparece y el protoplasma se hace esférico, secretando una gruesa pared a su alrededor. Probablemente muchas esporas resistentes se hunden y se pierden, pero en aguas poco profundas algunas de ellas pueden ser devueltas otra vez a la superficie por la acción de las olas, corrientes y turbulencias y entonces germinan. En latitudes altas, las esporas de las diatomeas quedan encerradas en el hielo durante los meses de invierno y germinan al año siguiente al llegar el deshielo.

En algunas diatomeas se ha observado una reproducción sexual. Suele preceder a la formación de auxosporas. El protoplasma de dos diatomeas se fusiona para formar una sola auxospora. En otros casos la fusión de los protoplasmas parece dar lugar a dos o más auxosporas. También se ha observado la formación de microsporas. El protoplasto se divide numerosas veces para formar diminutas estructuras dinoflageladas que se supone actúan como gametos.


Figura 3.6. Diatomeas. A. Pinnularia viridis en visión valvar con rafe. B. La misma en visión pleural. C. La misma en sección transversal. D. Licmophora flabellata. E. Synedra gracilis. F. Asterionella formosa. G. Tabellaria floculosa. H. Coscinodiscus pantocseki. I. Triceratium distinctum. K. Biddulphia aurita. L. Chaetoceras castracanei.

Tomado de NOLL, F.; SCHENCK, H.; SCHIMPER, A.F.W.; y STRASBURGER, E. Tratado de Botánica. Sexta edición. Editorial Marín. Barcelona, 1984.

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