INTRODUCCIÓN Y AGRADECIMIENTOS

En 1987, en la isla Príncipe Eduardo, Canadá, unas ciento cincuenta personas enfermaron con síntomas neurológicos y tres murieron. El origen era una intoxicación por el consumo de mejillones. Enseguida se pensó en un nuevo tipo de marea roja.

Estalló la alarma social, ya que en gran medida contribuyeron a ello, medios sensacionalistas y pseudocientíficos. Era muy importante hallar respuestas.

La investigación en equipo y multidisciplinar fue ejemplar y pronto se hallaron resultados. El responsable de todo era una molécula relativamente sencilla, el ácido domoico, que era antagonista del ácido glutámico y que producía destrucción neuronal.

El ácido domoico era producido por un alga unicelular, una diatomea, Pseudonitzschia pungens, que contenían en gran cantidad los mejillones afectados.

Tras un tiempo, este nuevo tipo de marea roja se produjo en muchos otros lugares de América, como Estados Unidos, Chile y Argentina. Sin embargo, afortunadamente, se conocían las causas y las consecuencias fueron mucho menores.

Los investigadores de todos los países pronto empezaron a trabajar en este tema y pronto empezaron a salir a la luz nuevos descubrimientos. Se empezó a sospechar de que otras diatomeas, como Pseudonitzschia australis, eran también productoras de ácido domoico, tal como lo confirmaban los trabajos de laboratorio.

Los legisladores también se pusieron manos a la obra y la legislación europea y la española incluyeron entre sus leyes este problema, con fin de adoptar medidas de control y evitar que el temido ácido domoico llegara a la mesa de los consumidores.

Hoy por hoy, hemos avanzado mucho en este fenómeno, pero aún tenemos muchas preguntas y pocas respuestas. ¿Por qué este crecimiento tan explosivo de una diatomea prácticamente marginal? Tal como son las diatomeas, seres autótrofos, que pueden alimentarse de materia inorgánica, hay que buscar la respuesta, además de otros factores, en la Química Oceanográfica.

Ciertos investigadores piensan que el crecimiento explosivo de Pseudonitzschia se debe a un desequilibrio en la relación N/Si, debido al aporte de vertidos y a la creciente eutrofización del agua marina.

El presente trabajo trata de analizar, desde el punto de vista de la Química Oceanográfica, cual sería la posibilidad de que este tipo de marea roja apareciese en el Mediterráneo, un mar pobre, desde el punto de vista de los nutrientes, pero no exento de riesgos en este sentido, teniendo en cuenta además que en sus costas, se han encontrado diatomeas del género Pseudonitzschia. A falta de investigaciones que aclaren muchos aspectos de esta marea roja, podemos aventurar, en base a las investigaciones realizadas, que las zonas del Mar Mediterráneo eutrofizadas y por tanto, ricas en nutrientes, siempre serán un peligro para que aparezcan este y otro tipo de mareas rojas al alterar el equilibrio natural de los nutrientes en el agua del Mar.

Me ha interesado siempre la Química Oceanográfica, porque además de amar el mar e interesarme profesionalmente todos los temas relacionados con la contaminación ambiental, creo que es un campo apasionante y extraordinariamente complejo, al estar sujeto a dinámicas planetarias, con una gran cantidad de variables que escapan a nuestro control.

El presente estudio es un trabajo de investigación desarrollado en un curso de doctorado sobre eutrofización marina de la UNED, impartido por el profesor D. José López Ruiz.

Entré en este apasionante tema de la ASP de la mano del profesor D. Angel Alonso Mateos, de Salamanca, quien me mostró el artículo del Anal. Chem., que demostró ser sólo la punta de un enorme iceberg. Me sugirió este interesante tema de investigación y me facilitó ayuda y documentación sobre el mismo, además de animarme y ayudarme, como siempre lo ha hecho, ya desde los tiempos en que era estudiante de Químicas. Vaya por delante mi agradecimiento porque sin su ayuda, posiblemente yo no hubiera entrado en este apasionante tema de la ASP.

También deseo agradecer al profesor D. José López Ruiz, de Cádiz, su atención hacia mi trabajo y por la paciente lectura de mi trabajo y sus amables sugerencias que, sin duda alguna, mejoraron notablemente la redacción final de esta monografía. Fue él quien mostró interés en la publicación de mi trabajo y sin su ayuda esta publicación nunca hubiera podido ser posible.

Finalmente y lejos de ser un tópico, deseo agradecer a mi familia toda su comprensión y apoyo, ya que, por mi culpa, tuvieron que convivir un tiempo con las “almejas amnésicas”


Tomás R. Tovar Júlvez

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